domingo, 28 de diciembre de 2008

Más

Pareciera no haber nada más que escribir.
Habrá algo más para hacer...?

viernes, 8 de agosto de 2008

FANTASMA

Serpentea.
Mi fantasma me mira fijamente, sentado frente a una fogata, fuego de cajones de madera podridos, de posibles conejeras, de posibles gallineros, y mi primo no está, y estoy solo, frente a mi espíritu blanco, bajo un árbol de moras, recuperé el miedo que perdí cuando encontré estatuas de oro bajo la cama, cuando la bolilla de cuatro petalos azules, mi preferida, se fue, y mas alla entre la tumba de Toba, diosa de fotos viejas, de tapiales bien pintados, de pileta de lona, de plantas y flores.
La pieza de Falucho tiene el piso rajado, dos bolsas de juguetes rotos y varios frascos de experimentos, casi todos a base de rosa china; la pieza de planchar; la pieza de atras, terreno de nadie, no tendrá luz el farol en mi pesadilla, pues casi nunca la tenía.
Un títere trepa la pared, gira su cabeza y me mira, complota con las estatuillas chinas que comen gente, me esperan en la pieza del piano en la noche, pero su poder se disipa cuando son liberadas, y ya haremos las paces en otro sueño.
El cañaveral se hace jungla, los ciruelos centenarios nos miran jugar, los duendes viven bajo una montaña de ramas y pasto seco, y vestidos de verde y amarillo perdimos de local.
Pero no sé que fui a buscar esa noche, tan de noche. Mas que brujerias ajenas de copas rotas, mas que ruidos petrificantes e imposibles, un fantasma serpentea dentro mio, él y otros, que me hicieron huir de allí para acompañarme para siempre en forma de recuerdos.

miércoles, 9 de julio de 2008

Carta abierta a la Patria

«Esta tierra sobre los ojos, este paño pegajoso, negro de estrellas impasibles, esta noche contínua, esta distancia. Te quiero, país, tirado abajo del mar, pez panza arriba, pobre sombra de país, lleno de vientos, de monumentos, de esperpentos, de orgullo sin objeto, sujeto de asaltos, estúpido curdela inofensivo puteando y sacudiendo banderitas, repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando de babas y estupor canchas de fútbol y ring sides. Pobres negros. Te estás quemando a fuego lento y donde el fuego, donde el que come los asados y tira los huesos, malandras, cajetillas, señores y cafishios, diputados, tilingas de apellido compuesto, gordas tejiendo a dos agujas, maestras normales, curas, escribanos, centrofowards livianos, Fangio solo, tenientes primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos, bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos, secretarías, subsecretarías, jefes, contrajefes, truco, contraflor al resto.
»Y qué carajo si la casita era un sueño, si lo mataron en pelea, si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva, liquidación forzosa, se remata hasta lo último. Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía.
»Te quiero, tacho de basura que se llevan sobre una cureña envuelto en una bandera que nos legó Belgrano, mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate con su verde consuelo, lotería de pobre.
»En cada piso hay alguien que nació haciendo discurso para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos. Pobres negros que untan las ganas de ser blancos, pobres blancos que viven en un carnaval de negros. Qué quiniela, hermanito, en Boedo, en Palermo y Barracas, en los puentes, afuera, en los ranchos que paran la mugre de la pampa, en las casas blanqueadas del silencio del Norte, en las chapas de zinc donde el frío se frota, en la Plaza de Mayo, donde ronda la muerte trajeada de mentira.
»Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking, vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga: tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas, tango, coraje, puño, viveza y elegancia. Tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia.
»Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga, no te metás, que vachaché, dale que va, paciencia. La tierra, entre los dedos, la basura en los ojos, es estar triste, ser argentino es estar lejos, y no decir mañana porque ya basta con ser flojo ahora.
»Tapándome la cara, me acuerdo de una estrella en pleno campo, me acuerdo de un amanecer de Puna, de Tilcara de tarde, de Paraná fragante, de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos quemando un horizonte de bañados.
»Te quiero país, pañuelo sucio, con sus calles cubiertas de carteles peronistas, te quiero sin esperanzas y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado. Y de noche.»




Julio Cortázar, 1955

lunes, 30 de junio de 2008

DOCE PALABRAS

Y rompió en llanto.

Y las explicaciones eran gestos de marionetas mudas.

Halagos poco inspirados.

Iniciativa ausente, ánimo de platos sucios y dolor de espalda.

Botones, poleas y palancas.

Sonido de goteo en las profundidades del camino.

Grito de árboles aburridos.

Doce palabras.

Olor a recuerdos que ya no tienen quien los recuerde.

Y ya se cuentan por miles las cosas que debieron ser hechas.

Y ya no haré.

miércoles, 13 de febrero de 2008

MILÚ

¿Que habría sido de mi sin tus besos Milú?
Te intuiría.
Conozco tus labios por haberlos recorrido.
Esos labios, esa boca.
Como conozco tu cuerpo, cada curva
que visito con mi tacto.
cada sonrisa de tus ojos.
Mi alma se ajusta a la cadencia
del latido de tu piel, y latimos.
Te intuiría, te intuiría.
¿Que habría sido de mi sin tus besos Milú?
Sin tu ombligo, sin tu pubis.
Y el ahora es un segundo.
Y en el antes no hay nada.
Y todo cabe en un segundo.
Porque es imposible el consuelo
de tristezas imposibles.
Tu ausencia, te intuiría.
La vaguedad, la llanura.
Sin esa boca, sin la sonrisa de tus ojos.
¿Que habría sido de mi?
Si antes, Milú, no hay nada.
Probablemente descubra que es imposible
que mis palabras expresen,
que mi esfuerzo traduzca
la obviedad que dibuja
tan solo un segundo a tu lado.
Pues no habría nada,
y un segundo, Milú,
lo es todo.

Para Lulú

martes, 12 de febrero de 2008

PROXIMIDADES

La suave, fria brisa choca contra mi piel caliente, la respiro con los parpados cerrados haciendo tiritar una fina tela, reverberación como de papel desde mi laringe cosquilleando hasta la base de mis ojos.

¿Que es esta bruma que me rodea?
Sus botas resonaban en el techo.
El largo pasillo sin luz y dos puertas,
tanteando la oscuridad con los ojos cerrados.
Sus botas resonaban en las paredes.
Adelante y detras suyo.
¿Que son estos pensamientos que me invaden?
Lo miró fijamente.
Entre ellos el aire se convirtió en ondulaciones,
en espejos derretidos,
en mareos táctiles.
Alrededor la gente conversaba como ensayando una obra.
Sus venas se iban secando en una respiración corta y agitada,
hasta el proximo golpe en el pecho,
profundo, sonoro.
Una bocanada.
Retornando a los murmullos sonrió.
Malos actores.
¿Que son estas palabras que salende mi boca, fluido espeso goteando, estirandose, evaporandose con el calor de mi aliento, nubes arrastradas por el viento, sin razón, sin sentido salvo por las nubes de palabras de mi boca?
Nunca volverán.
No se aferran a las sillas.
No se aferran a las paredes,
a la mesa, a la alfombra.
Decantación, expulsi{on, condensación.
Castigan a los anegados.
Que es este dulce aroma que me acaricia?
De almibar y fruta.
De licor azucarado.
Resoplando en mi rostro perfume de claveles amarillos.
Ráfagas de anestesia.
Sonrisa de fieltro clavada en la pared.
Dosis de aguamarina, aljibe y tiza en las manos.

Frio en los pies desnudos, luz azul de una mañana, sonidos marchantes en calles vacias, fulgor repentino y sábanas dóciles. Ecos. Reverberación de papel.
Es solo otro dia.
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